
Vimos y atavesamos puentecillos, pasajes estrechos, e interesantes carteles. Habíamos llegado al punto más alto y ahí nos detuvimos, en el mirador conocido como Bordo Atravesado, ubicado a los 2.020 m.s.n.m. A lo lejos alcanzamos a ver los paredones del parque nacional Talampaya.

Cuando pasamos por el homenaje a don Vicente Bolleli, no dudamos en sacarnos la foto de rigor; fue el autor del camino, una construcción que le llevó desde 1918 a 1928. La Cuesta recuerda al Capitán Juan de Miranda, el que se consideró propietario de estas tierras, despojadas a los kakanes. Lamente no haber reconocido el sitio histórico conocido como “La Pelea”, donde el coronel Felipe Varela venció a José Linares.

Comenzamos la cuesta abajo, con la promesa de caminos más amigables e igual de lindos. De todas maneras, no dejaban de ser peligrosos por algunas bajadas abruptas.
Por suerte, la destreza de nuestra conductora nos llevaba por el buen camino...

Claro que recién respiramos mejor cuando llegamos a Villa Unión, y festejamos con una comida de aquellas.
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