domingo, 26 de diciembre de 2010

Talampaya arqueológico

Las formaciones Talampaya y Tarjados están presentes en el sector más occidental del Parque Ischigualasto y al este, a lo largo del Parque Talampaya en la provincia de La Rioja. Es un conjunto de rocas de color rojo parduzco. Los estratatos que lo componen son principalmente areniscas (arenas cementadas) alternantes con algunos niveles conglomerádicos (arenas más gruesas con fragmentos de hasta varios centímetros) que representan los sedimentos dejados por los abanicos aluviales al bajar de los bordes de la cuenca. La edad de este grupo de estratos corresponde al Triásico Inferior y hasta el momento no han sido encontrados fósiles de ningún tipo que puedan confirmar con seguridad esta edad.
El bioxido de manganeso se oxida y aparece sobre la superficie de las sedimentaciones, una pátina oscura (barniz del desierto), superficie sobre la cual se realizan los grabados. Las herramientas usadas para la realización de los petroglifos, provienen de lejanos arrastres: cuarzos, basaltos o granitos que fueron puliéndose y llevados a la formas de manos, núcleos, puntas y percutores, con los que punteaban, rallaban y acanalaban hasta unos 3 cms. de profundidad.
Algunas formaciones curiosas, como la cara esculpida naturalmente en la roca, nos dan la bienvenida a los fantástico de los trabajos de campo, poner en condiciones de estudiar a los vestígios culturales del pasado.
Los morteros colectivos se encuentran diseminados en una gran extensión. Algunos se encuentran en ambos lados de La Puerta, y han sido horadados en areniscas desprendidas del cañón. Servían para moler granos, minerales, medicinales, potajes o venenos. Algunos se usaron para quemar alucinógenos o fueron usados como candeleros. Los hoyos, no dejan de producir efectos sonoros de acuerdo al viento.
Algunos bajorrelieves han sido modificados o complementados posiblemente en distintos períodos, pero predominan formas geométricas junto con elementos zoomorfos y es posible que los humanos estén representados con trazos rectos y curvilíneos de manera muy esquematizada, con figuras que probablemente respondan a elementos telúricos y astronómicos. Se destacan las representaciones de rastros de animales y humanos, con detalle especial en algunos de seis dedos. No podemos dejar de asociar con algunos pueblos, como en Äfrica, en donde hay deformaciones congénitas, ni tampoco dejar de relacionar con los que en nuestro país, portan el apellido Seisdedos.
El ciclo agroalfarero quedó grabado en representaciones de guerreros, símbolos rituales, divinidades zooantropomórficas asociados a Ciénaga. En el período temprano vemos incisiones y rayas que ganan en complejidad, guardas combinadas, y finalmente, dibujos concretos.
Entre las representaciones concretas se destacan los guanacos.
Los que corresponden a un primer período o temprano están representados de tal manera que se destaca su belleza estética y es probable que estos bajorrelieves correspondan a la cultura Ciénaga o Cóndor Huasi.
Los del período tardío o más reciente, lo incluyen junto con representaciones humanas y no tienen la técnica de prolijo y pronunciado desbaste, sino que podría decirse que son de una técnica inferior y de una concepción diferente.
Puede observarse una tropa probablemente de llamas atadas entre si y en donde se destaca el sexo, la asociación a la fecundidad.
Uno siempre se queda con ganas de más, pero el tiempo nos limitaba como me limita este espacio para contar sobre la flora, fauna, las aves, la vida extinta y la actual. En fin, somos viajeros y debemos continuar nuestro camino.

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