Supimos cuando había llegado la hora de partir en el momento en que mi sobrino Ariel, comenzó a imaginarse a una parina... al spiedo. Seguimos a nuestros ocacionales acompañantes hasta la apacheta, en donde el guía realizó la ceremonia de agradecimiento a la Pachamama, y allí se despidió de nosotros.Noelia no quedó muy convencida con su despedida, ya que nos había explicado que tomaría con sus viajeros un camino diferente, porque tenía que visitar a su mujer quién estaba "veraneando". La explicación era sencilla pero"fuerte", la esposa del guía estaba cuidando los
Nosotros continuamos nuestro andar sobre pedregales y arenales, dudamos sobre si estabamos sobre la huella correcta pero finalmente, nos apartamos de la sierra del Jote, cruzamos el río El Peñon, y trepam
Arribamos al pueblo ante miradas curiosas y desafiantes, de camélidos quizás molestos por la invasión territorial. Noelia comenzó a sacar fotos a toda llama que se cruzaba.
Esa noche preferimos alojarnos en la Hosteria Municipal para no incomodar ni abusar de la hospitalidad de la Directora Amalia, ni a Julio, o a Mario, ni al resto de los maestros que tan bien nos habían recibido y permitido dormir en la escuela cuando arribamos (¡Que experiencia hermosa!).


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