A todos quienes nos acompañaron en este viaje, nuestros más profundos agradecimientos. Las dos mil seiscientas lecturas, que incluyen a casi trescientas visitas desde otros países, nos hablan de la generosidad de los blogueros, que además, nos han alentado con sus comentarios.
El blog pretendía contar nuestras aventuras en esta campaña en la puna, pèro finalmente incluimos todos los lugares por los que transitamos, todos bellos. Si los posteos sirvieron para despertar curiosidad por los paisajes de Argentina, fantástico. Si además, la información acompañada sirvió para ampliar nuestros conocimientos, mejor.
Para los que desean comenzar a viajar con los Ramirez, alentamos a que sigan el link
http://viajerosenlapuna.blogspot.com/2009/06/la-argentina-santiaguena.html
Si desean conocer cómo la pasamos en la Campaña a Catamarca, visítenos en www.viajerosencatamarca.blogspot.com
Los esperamos siempre en el Portal www.viajandoconramirez.blogspot.com
Nuevamente, muy agradecidos a todos las familias viajeras, material o espiritualmente viajeras.
Un cálido abrazo de toda la familia Ramirez.
Cordialmente
Juan Carlos (editor)
lunes, 18 de abril de 2011
domingo, 10 de abril de 2011
¡Volveremos!
El río Desaguadero, al oeste de las Quijadas, provocó la llanura de inundación en donde crecen el chañar,zampa, romerillo, rosetilla o mata piedra, verdolaga, algarrobo negro y retamos.



La tarde nos corría, el Parque cerraba. Una última mirada y a emprender la vuelta. Por un par de kilómetros, permanecimos callados. Luego al tiempo, coincidimos: ¡Volveremos! A medida que devorabamos el camino de regreso, fue tomando cuerpo la idea de contar nuestrras bellezas naturales, desde la simpleza, desde la visión de una familia en viaje. Porque eso somos: Viajeros. Así nació la idea, la necesidad de crear este espacio: Viajando con los Ramirez
Salimos de San Luís, siempre admirando sus buenos caminos, su limpieza, su belleza. Atravesamos el sur de Cordoba, y viajamos toda la noche para llegar con las primeras horas del día, a nuestros hogares.
Cansados, exhaustos, felices, felices.
martes, 8 de marzo de 2011
Las Quijadas
La Sierra de las Quijadas esta en la Cuenca de San Luis, mostrando rocas y sedimentos del Mesozoico y Cenozoico (unos 250 millones de años). Vista desde arriba con el Google Earth, presenta la forma de elipse, con eje norte-sur de 35 km. y uno este-oeste de 15 km.. Las sierras se elevaron a partir de los plegamientos andinos (25 millones de años), y la erosión por agua y viento generaron quebradas y valles como el de Potrero de la Aguada. El color rojo fue adquirido por la oxidación de los materiales.
El agua y el viento excavaron Potrero de La Aguada, anfiteatro natural bordeado por acantilados de hasta 300 metros. Quisiera quedarme aqui, no hay LCD o LED HD que puedan poner frente a mis ojos, semejante panorámica.
sábado, 26 de febrero de 2011
Jachal
San Juan de la Frontera fue fundada por Juan Jufré en 1562, en el Valle del Tulúm, margen derecha del río Tucuma (hoy río San Juan). Jáchal, que significa río de las arboledas, fue administrada desde Chile y era paso entre Chile, Tucumán, Alto Perú y Córdoba, sin pasar por la ciudad de San Juan. En 1601 se levantó la Doctrina de San José, junto al río Jáchal, y la misión logró constituir el pueblo de San José de Jáchal y en 1748, un curato. El 25 de junio de 1751, Juan de Echegaray fundó la actual ciudad de San José de Jáchal, a cuarenta leguas al norte de San Juan de la Frontera. Según consta en el acta de fundación hizo convocar a todos los vecinos españoles, mestizos e indios de los pueblos de esta jurisdicción y fue obedecido y reconocido por todos por Justicia Mayor. (En Archivo Nacional de Chile, Acta de Fundación de San José de Jáchal, Sección Real Audiencia, Vol. 2907).
Visita obvia a la iglesia, nos desasnamos sobre la historia local, registramos que los rosarinos estamos en todos lados (ver placas), y posamos para nuestra historia familiar , luego nos pusimos en marcha.
En viaje, notamos como los sanjuaninos hacen caso omiso sobre las advertencias de no bañarse en las acequias,tanto personas como mascotas.
Ni intentamos seguir de largo cuando pasamos por puestos que nos seducieron con embutidos, quesillos, panecillos, tintillos, y también, claro, aceitunas, nueces y aceite de oliva.
Al pasar por el río, observamos las afamadas piedras bolas.
Visita obvia a la iglesia, nos desasnamos sobre la historia local, registramos que los rosarinos estamos en todos lados (ver placas), y posamos para nuestra historia familiar , luego nos pusimos en marcha.

Al pasar por el río, observamos las afamadas piedras bolas.
Presurosos, seguiamos a buen ritmo camino a San Luís y sus buenas rutas, óptimo alumbrados, limpios paseos, realidades que todo viajero reconoce.
Nuestro destino: Quebrada de las Quijadas.
sábado, 19 de febrero de 2011
La Boca de la Quebrada
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San_Juan
No pudimos apreciar especies exóticas pero nos encontramos con simpáticas cabras tomando sombra a la vera de un cauce casi seco, y tras atravesar el Valle de Pocholo llegamos a la Boca de la Quebrada y con ello, al embalse Los Cauquenes, a 1100 msnm.
Ya sea porque el paisaje nos enloquecia, ya porque llevabamos muchas horas viajando, o quizás -y probablemente sea lo justo- los efectos de tener hambre, hicimos un concurso de panzas entre mi hermano Miguel Ángel, mi sobrino Ariel, y yo.
El Jurado, mi sobrina Noelia, todavía esta dudando de quién gano. ¡Jachal. Allí vamos!
jueves, 3 de febrero de 2011
Entre Sarmiento, Borges y Sábato
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San_Juan

Si no hubiese sido porque acertamos en la encrucijada en donde los senderos se bifurcan, nunca hubíesemos encontrado esa boca enigmática, negra, profunda, tosca.
martes, 1 de febrero de 2011
Sanjuaninos
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San_Juan




La cuesta, los vallecitos, y a la vuelta de una curva: un mirador.


Sacamos fotos, estiramos las piernas, y nos brindamos un vistazo al paraíso.
sábado, 29 de enero de 2011
Capayanes
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Arqueología,
Historia,
La Rioja
Los capayanes vivieron en Guandacol, eran de lengua Kak
an, y fueron también llamados diaguitas por los invasores incas que les impusieron ese nombre quechua, cuando incorporaron la región al Tahuantinsuyu, en el 1480. Se levantaron contra los españoles, invasores en el 1607, y fueron vencidos en las dos ocasiones, en la década de 1630. Los libros afirman que se extinguieron a fines del S XVIII pero no pude convencer de ello (bah, tampoco lo intente) a nuestro guía, orgullosos descendiente de capayanes a través de su rama materna.

Fue don Castro quien nos llevó a un sitio en donde se encuentran aún los restos de cinco construcciones circulares de barro y adobe, que era como levantaban sus viviendas, generalmente bajo un árbol frondoso para que les sirviera de techo su ramaje. Cultivaban especialmente maíz y zapallo.
En el sitio, encontramos restos culturales en superficie. Los fragmentos de tiestos rescatados , que en ese sitio fueron estudiados oportunamente por Rex González, constan de algunos cantaros, pucos y ollas rústicas, con trazos de líneas gruesas en el exterior y en el interior. Los colores de fondo son rojos con decoraciones geométricas de signos en blanco y negro.
Las piezas tienen distintos grosores y acabados de acuerdo a la funcion destinada. Encontramos restos de vasijas para contención de granos, ollas que mostraban sus tiznes, cacharros muy rústicos de producciones tardías. No faltó una vieja herradura de mula, lógico en un camino de rutas comerciales.


Llamó la atención de la mezcla en un radio muy estrecho, de piezas con engobe exterior y también de interior y exterior, junto a otras muy rústicas elaboradas con materiales de barrales diferentes a las rojas tierras de Guandacol (no olvidemos los colores de Los Colorados, Talampaya, etc.), lo que permite suponer un comercio activo incluso tardío. Había fragmentos de vasos o jarritas y cercana a una de las construcciones, siempre en superficie, piezas destinadas al culto y que habrían pertenecido a la nobleza/ jefatura local, dado la fineza de la pieza en su grosor y acabado.
No acostumbramos hacer intrusiones en sitio y no lo haríamos ahora, dado que unos cuantos pobladores seguían nuestros movimientos con atención, desde sus casas que estaban bajo árboles en la línea en donde otrora corriera más agua que la que se podía observar en la actualidad.
Nos despedimos de nuestro amigo y pusimos rumbo a San Juan, cuyo límite provincial se encuentra cercano y desde donde vienen las aguas envenenadas por la explotación de oro en la que se encuentra asociada el gobernados sanjuanino, y pone en riesgo a la economía lugareña (los pobladores de Santa Clara, montaban guardias para controlar la salud de las aguas que corrían en las acequias).
La Ruta 40 nos volvió a llevar por sus generosos paisajes.
Fue don Castro quien nos llevó a un sitio en donde se encuentran aún los restos de cinco construcciones circulares de barro y adobe, que era como levantaban sus viviendas, generalmente bajo un árbol frondoso para que les sirviera de techo su ramaje. Cultivaban especialmente maíz y zapallo.





Llamó la atención de la mezcla en un radio muy estrecho, de piezas con engobe exterior y también de interior y exterior, junto a otras muy rústicas elaboradas con materiales de barrales diferentes a las rojas tierras de Guandacol (no olvidemos los colores de Los Colorados, Talampaya, etc.), lo que permite suponer un comercio activo incluso tardío. Había fragmentos de vasos o jarritas y cercana a una de las construcciones, siempre en superficie, piezas destinadas al culto y que habrían pertenecido a la nobleza/ jefatura local, dado la fineza de la pieza en su grosor y acabado.
No acostumbramos hacer intrusiones en sitio y no lo haríamos ahora, dado que unos cuantos pobladores seguían nuestros movimientos con atención, desde sus casas que estaban bajo árboles en la línea en donde otrora corriera más agua que la que se podía observar en la actualidad.
Nos despedimos de nuestro amigo y pusimos rumbo a San Juan, cuyo límite provincial se encuentra cercano y desde donde vienen las aguas envenenadas por la explotación de oro en la que se encuentra asociada el gobernados sanjuanino, y pone en riesgo a la economía lugareña (los pobladores de Santa Clara, montaban guardias para controlar la salud de las aguas que corrían en las acequias).
La Ruta 40 nos volvió a llevar por sus generosos paisajes.
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