sábado, 13 de junio de 2009

Quebrada de los Sosa

Desde Famaillá (tierra de la Madre Luz en quechua), ciudad famosa por sus empanadas y que se encuentra a 35 km. de la ciudad de San Miguel del Tucumán, marchamos por la ruta 38 y entramos en la 307 dirigiéndonos a la Quebrada de los Sosa. Este camino recién fue abierto a los vehículos en 1943, pues antes sólo era posible de ser cruzado caminando, o a caballo o mula. El constructor del tramo de la ruta fue el ingeniero norteamericano Richard F. Maury, quien también dirigió el emplazamiento de las vías por las que circula el Tren a las Nubes.
La quebrada nos presentó un camino con acantilados, cascadas y un río que atravesaba el barranco. El río que le da nombre a la quebrada es el mismo que aguas arriba se llama Tafí, y que baja espumoso desde los 2.000 metros de altura. La Quebrada de Los Sosa es una Reserva Natural provincial que abarca cerca de 900 hectáreas de selva a ambos lados del camino. La vegetación tiene tres perfiles definidos según la altura sobre el nivel del mar. Desde la boca de la quebrada, a 18 kilómetros de Acheral, hasta la estatua de El Indio (10 kilómetros camino arriba y ya a 963 metros de altura), lo que rodea al viajero es la selva subtropical también llamada selva de laurel, porque es característico de ella el laurel tucumano. Pudimos apreciar el esplendor de la selva tucumana (continuación de la yunga boliviana), pasamos por el Monumento al Indio, del escultor tucumano Juan Carlos Iramain, y desde allí nos regocijamos con sus vistas. Salimos de la quebrada entrando en una zona de suaves y verdes prados.
Por cuestiones de tiempo no entramos a El Mollar ni nos detuvimos a ver el lago artificial (700 hectáreas), pero si nos dimos un refrescante paso por el Vertedero del Dique La Angostura, que posibilitó el embalse sobre el valle del Tafí, y que detiene a los ríos Tafi y El Mollar.
Pasamos por Tafi del Valle y seguimos al Infiernillo, zona siempre de vientos fuertes. En este punto se producen las divisorias de aguas hacia el Oeste, o hacia la Cuenca del Plata (Este). Se encuentra a 3042 m.s.n.m. y fue el punto por donde en diciembre de 1543, ingresaron las huestes conquistadoras guiadas por el español Capitán Diego Rojas, quien unió el Alto Perú con estas tierras y que finalmente los indios juríes (santiagueños) lo pararon, matándolo con una flecha envenenada.
Tras asesorarnos sobre cuál era la ruta mejor con un lugareño, rumbeamos para Amaicha del Valle.

martes, 9 de junio de 2009

Virgen de la Montonera

Visitamos la histórica capilla en donde se venera la Virgen de la Montonera. Desde allí partieron las tropas del General Antonio Taboada, mitrista vencedor del federal Don Felipe Varela.Taboada fijó el terreno de la batalla, fortificándose en el pozo de Vargas (a 18 cuadras de la plaza principal de La Rioja, en el camino a Catamarca). Los federales debían dirigirse necesariamente al jagüel por falta de agua y era tal la sed que "tres soldados sofocados por el calor, por el polvo y por el cansancio -diría Varela- expiraron de sed antes del combate". Numéricamente el ejército de Taboada era menor al de Varela pero por su posición y armamento ganaron la batalla.

Luego si, tras admirar un servicio de microondas al paso, nos pusimos en marcha hacia Tucumán, para comenzar la aventura puneña 2008.

El tren bala

No tuvimos duda que desde el cielo nos iluminaron. Hicimos revisar los frenos en Santiago capital y adivinen que... a pasear mientras esperamos la reparación. Hasta aquí, habíamos recorrido 1200km. y gastado 160 lts. de gasoil.
No tardamos en saber por qué los trenes dejaron de correr en las vías santiagueñas, el tren bala tenía rutas diferentes (en fin, cada cultura con lo suyo).
Buscamos un lugar para comer y al Mercado fuimos (en la foto Noelia y Ariel, mis sobrinos, el jefe de la expedición y yo, degustador de alimentos locales)

lunes, 8 de junio de 2009

Estación Argentina (Santiago del Estero)



Queda en el Departamento de Aguirre, al costado de un ramal de la vía principal, sobre la ruta 39 a doscientos noventa kilómetros de la ciudad de Santiago del Estero. La foto corresponde a la estación.

La Argentina: basurero tóxico

No tardamos demasiado en encontrarnos con una de nuestras caras, la interesante localidad de Argentina. En 1994 la organización Tierralerta hizo pública la existencia de un basurero de compuestos tóxicos en la localidad de Argentina. Según las Guías del Ferrocarril que transportaba la carga, se trataba de 30 toneladas de "gammexane" que fueron enterradas al costado de las vías en la Estación Argentina, por personal de la empresa Ferrocarriles Argentinos. El enterramiento contenía tóxicos persistentes que podían acumularse en la grasa de los organismos y ser pasados de la madre al lactante a través de la leche. Pese a que Argentina es una localidad habitada por un centenar de personas, las autoridades se habían negado a retirar los contaminantes. Durante el 2002, el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, y el presidente de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica de la República Argentina, más la empresa Tredi New Zealand Ltd., firmaron un Acuerdo para retirarlos, acción que en realidad, ignoramos si se la ha llevado a cabo.
No hace mucho tiempo Miguel Ángel, conductor de nuestra actual campaña a la Puna, pudo verificar que a unos 100 m. de la estación, había en forma visible una trinchera de aproximadamente 3 m. por ocho metros, en la que encontraban enterrados a 50 cm. de la superficie y en directo contacto con el suelo, un número indeterminado de bolsas de polietileno que contenían un producto coloreado de notorio olor a Gamexane, el cual estaba completamente humedecida. la única advertencia era una tira de cinta plástica rodeando el predio contaminado.

Entrando a Santiago

Salimos desde Ezeiza (Buenos Aires) no muy temprano, tras superar Rosario llegamos en tiempo al límite de Santa Fe con Santiago del Estero.