Presurosos pero cautelosos entramos a desandar el camino que nos devolvería a Vinchina. Un camino en construcción siempre es peligroso, peo no les cuento cuando eso sucede en la montaña.
Bordeamos el río, salimos de la quebrada y entramos en Vinchina.
Nos preguntábamos de qué año serían esas construcciones, nos prometimos volver a intentar la llegada a Laguna Brava.
Pero sobre todas las cosas, no podíamos dejar de pensar en lo extraño de aquella figura, perfectamente delineada. Un triángulo finamente pulido. Un misterio.....
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